Sunday, November 17, 2013

Extracto del Ensayo: “Alberto Kurapel. Canto y poesía de Exilio”. de Huguette LeBlanc. Éditions Coopératives de la Mêlée. Quebec, Canadá. 1983.



Ensayo:

ALBERTO KURAPEL
CANTO Y POESÍA DE EXILIO

de: 
Huguette LeBlanc (1983)



Capítulos :

1.     Canto de exilio
2.     La Flor del Hambre
3.     Cogollitos
4.     Camarada de lucha
5.     Un canto de enfrentamiento.
6.     Lo cotidiano de la Incomunicación
7.     Temuco piensa.
8.     Soy el Espacio de los Silencios.
9.     La huella del deseo.
10.    Un canto expulsado.



Capítulo X
Un Canto Expulsado


Si escuchamos los cantos de América Latina, podemos constatar que en los últimos años, éstos se han convertido en cantos de resistencia contra los regímenes de fuerza que sojuzgan a las clases más pobres.
En 1961,Violeta Parra  hizo la primera gira por Europa después de haber recopilado durante años a través de chile, los elementos del folklore y después de haber creado el tipo de canto que se establecería las bases del canto social de América Latina. Sin duda la revolución cubana ha abierto nuevos horizontes que no solamente se han manifestado en el campo de la literatura, la poesía, sino también en la música y el canto. En Argentina, en 1963, Atahualpa Yupanqui graba “El Payador Perseguido”, una  inmensa obra  campesina de 726 versos cantados solamente con voz y guitarra, lo que marcó una época en el canto social de América Latina. En junio de 1965, se organiza la Peña de los Parra que más tarde se convertiría en el centro de la nueva canción chilena que haría avanzar la nueva visión del canto social. Es allí donde encontramos a Patricio Manns, Víctor Jara, Rolando Alarcón, Isabel Parra, Ángel Parra, Osvaldo Rodríguez, Quelentaro, Los Curacas y más tarde Alberto Kurapel, Inti Illimani, Quilapayun y Patricio Castillo. En 1970, Luis Advis crea “La Cantata Santa María de Iquique”, obra fundamental de la canción que se desarrolla durante la Unidad Popular. Compositor de canciones contingentes, Sergio Ortega crea en 1972 “La Fragua”, obra en cuatro partes que habla de la historia social del pueblo chileno. Hoy en exilio en Francia, Sergio Ortega dirige un taller de música contemporánea.
Muchos son los poetas y cantores populares que se encuentran en exilio en Francia, España, Italia y Canadá. Otros han muerto, como es el caso de Víctor Jara,  a manos de la Junta Militar, a causa de la tortura. Pocos son aquellos que gozan de la libertad sin haber estado en los campos de concentración.  En América Latina, el canto poético es un instrumento peligroso a los ojos de los regímenes despóticos.
En sus años de exilio, Alberto Kurapel ha logrado crear un canto que aglutina un estilo hecho a partir de sus propias características a través de su propio contenido, sus propias palabras, música y expresión.  Y es por esto que encontramos en cada una de sus obras un gesto de resistencia. Resistencia basada en la experiencia que se prolonga. Este canto posee una fuerza que, lejos de esconder el mundo de sus fragilidades, o de disimularlas en una serie de reglas convencionales, las descubre para romper cualquier simulacro personal que conservan las sociedades contemporáneas encerradas en sus imágenes.

“Una sociedad que es como la nuestra y que tiene entre sus víctimas a sus mejores poetas, una sociedad que solamente desea conservarse y durar una sociedad, finalmente, para la cual la conservación y elahorro son las únicas leyes y que prefiere renunciar a la vida más que exponerse a los cambios , debe condenar a la poesía, ese despilfarro vital, cuando no puede domesticar de cualquier manera hipócritas adulaciones. Y no la condena en nombre de la vida que es aventura y cambio sino en nombre de la máscara de la vida: en nombre del instinto de conservación.”(Octavio Paz. “Las Peras del Olmo”.)

Y Kurapel agrega: “Si lanzo este grito agreste no es tan solo por cantar. quiero romper al que duerme sus ensueños de cristal.”  Su canto de resistencia capta su esencia en esta verdad que lleva a romper “lo establecido” o la sociedad que oprime. Y nadie duda que todo su esteticismo reafirma esta posición. El canto de resistencia de Kurapel es un canto que muestra, y que en esta acción de mostrar, transforma todos los valores de la sociedad volviéndolos  contra ésta con el fin de exponerse, de proponer nuevas formas de ser. Así, el solo hecho de ser nuevas formas las convierte en opositoras de los regímenes estratificados, donde las convenciones son los pilares fundamentales que las sostienen.   

“Si la historia ha silenciado tantas cosas, hoy la historia ha pasado al silencio. El asesino destruye al sacerdote y elimina los testimonios de su crimen. Se queman libros, se cierran Periódicos y Revistas. Se destruyen archivos. Se disuelven compañías de teatro. Se persigue a escritores y  artistas“. ( Jorge Enrique Adoum. )

La persistencia se desarrolla dentro de una historia que se consolida en una realidad hostil…no habría lugar para un canto que llevara un happy end de resistencia. La resistencia es un hecho que supone una serie de actividades y conductas; la mayor parte del tiempo dolorosas. Estas dependen de la visión del cosmos en el que nos situemos y es a través de esta  manera que llegamos a constatar que este canto toca la Resistencia y la resistencia se vuelve  canto :

“En mi tierra asesinada
los niños mueren de frío
sus bocas sueñan un canto
que agoniza en los caminos.
Mi tierra tiene cadenas
y atravesado un cuchillo.
Mi tierra tiene mortaja
de arado
libro y
martillo”.
(Canción: “Tu Senda”.)

Esta última característica permite transmitir el sentimiento de rebeldía rompiendo el chauvinismo  y las particularidades de las circunstancias que han creado este canto. Cuando Alberto Kurapel canta en “Aniversario”:  “porque la muerte también se disfraza de asambleas, de estandartes personales, de diplomas y de vasos”, muestra y nos confronta a un mundo que es el de América Latina ,pero que bien podría ser el de Quebec o de Francia. Y justamente, es en esta visión descarnada donde encontramos la esencia del resistente. Resistencia a todos aquellos que están inmersos en lo convencional, incluso al interior de una conducta marxista.
Encontramos esta base de resistencia-transformación en otros textos.  Kurapel canta la resistencia contra la violencia de las multinacionales y de los gobiernos militares que oprimen América Latina .
“Esta violencia instalada, esta violencia numero 1 atrae la violencia 2: la rebelión, ya sea de los oprimidos o de la juventud  totalmente resuelta a luchar para recuperar la humanidad de la que han sido despojados, para hacer caer las cadenas de sus sufrimientos, para vencer el antagonismo de clases, y finalmente, para conquistar la libertad”. (Helder Camara, Arzobispo de Olinda y Recife. 1975. Brasil.)
Alberto Kurapel presenta “Las Venas del Distanciado” con una frase que confiere el tono al libreto con sus textos: “Honor a aquellos que en su incesante correr hacen la resistencia contra el tirano”.
Todo el disco se despliega a través de un lenguaje sonoro electro-acústico en el que pasos que corren se transforman en el puente que une canción y canción.  Estos pasos son la resistencia a la quietud, a la inmovilidad, al   silencio… incluso si ésta se realiza en el silencio. Movimiento. Eterno movimiento que se inscribe en el andar como símbolo de todo un pueblo que busca sin descanso la liberación.
Numerosas texturas de sonidos, de pasos, que no solo sirven para identificar un acto de una conducta lejana, sino que las asocian a otros pasos que escuchamos y que nos han acompañado sin que nos diésemos cuenta, ya que la mayoría de las veces, se confunden con el ruido de las sirenas o con los múltiples sonidos no-identificables. Estos pasos quieren proyectarnos a la esencia de la resistencia.

“Esta sangre que yo canto
con retumbar de tonadas
se estrella contra la muerte
y en vez de morir, avanza”.
(Canción: “Rescoldo”. )

Su poesía es un lugar de confrontación, en la que vemos desfilar todo aquello, que al mismo tiempo, nos une y  nos separa; en la que vemos como las diferentes zonas sombrías se proyectan claramente considerando así la luz.
Con esta poesía que lleva impresa tanta dignidad Kurapel  consigue cantar al mismo tiempo el triunfo de la revolución nicaragüense y enfrentarnos a todas las quejas, reales o ficticias, necesarias para situarnos correctamente frente a un triunfo. Triunfo que se celebra con alegría en el dolor, con la cercanía en la lejanía, con las raíces trasplantadas y cortadas. Utiliza un lenguaje en el que se mezclan expresiones del castellano y del francés y al que se unen el saxofón tenor, la voz y la percusión. Al terminar nos  expresa, entre el grito y la rabia,   a través de su  voz, todo aquello a lo que han sido sometidos en las prisiones de sus países, aquellos revolucionarios de América Latina, que durante años han sufrido  las torturas más infames; una voz por Raúl Sendic, por Miguel Enríquez, por Allende y por el Salvador.     

“Nicaragua es libre
Raúl Sendic
Nicaragua es libre
Miguel Enríquez
Frente Sandinista de Liberación Nacional
Salvador y Allende
Nicaragua es libre”.
(Canción : “Destello”)

En sus persistentes canciones de resistencia desfilan ante nosotros las realidades de América Latina y del Québec . Una manera de acercar en el tiempo y en el espacio,  lugares y seres que se han desplegado, ya sea cerca o distante, y se reúnen al interior de su expresión mágica, los elementos necesarios para acercarse y mostrar que el hombre por medio de su conocimiento logra preocuparse por sus semejantes para servir y servirse de la vida .
Estos universos no  necesitan ni presentación ni antecedentes y que crean interés en aquellos que los escuchan. Este canto es el canto de exilio. En éste existen las palabras, la música y la expresión exiliada (lo que en ningún caso va en prejuicio de sus cualidades intrínsecas, muy por el contrario) .
Canto hecho en exilio y de exilio. Canto que extrae del medio en donde nace  los elementos para una nueva nutrición . Canto que en definitiva es un canto Expulsado . Canto que a pesar de estas condiciones adversas, se desarrolla con todo aquello que lo rodea. Y este canto sería seguramente otro canto …si el contexto de exilio desapareciese. Canto que se afirma como el testimonio eterno para todas esas generaciones que no han conocido y que no conocerán el régimen que ha gobernada a través del terror  y la dictadura y que ha impedido una vida digna a la inmensa mayoría de un pueblo.   
“Existe hoy, toda una generación que mañana deberá conocer aquello que hoy le es prohibido:: la literatura exiliada, la canción perseguida, el testimonio de la historia amordazada, la antropología y la sociología proscritas y otras materias universitarias puestas fuera de la ley. Uno de sus provincianos inquisidores no acaba de declarar que las matemáticas modernas son “un arma sutil de penetración ideológica subversiva” y que términos tales como vectores, conjuntos y matrices son de ‘origen marxista’ . Valérie asociaba las matemáticas a la poesía: un ideólogo con botaslas asimila a la fabricación clandestina de bombas”. (Jorge Enrique Adoum).

Toda la poesía de Alberto Kurapel se niega a permanecer en el pasado. Por el contrario, ella toma el fruto reventado , el gesto roto… antes de su punto de fuga. En el acto mismo de la ruptura. El exilio se percibe por ello no como un gesto exterior , sino como un gesto que no tiene fin. Un gesto focalizado en su ruptura. El exilio es el lugar y el gesto de la denuncia de esta ruptura. Sin lugar, sin espacio, sin frontera, sin pasaporte y en un mismo suspiro  englobando todos estos elementos. El exilio no es entonces ni servilismo ni envilecimiento, sino Razón y Liberación. Es el pueblo quien cuenta el exilio, que narra esta ruptura del lenguaje, esta ruptura de lo humano …este silencio que destroza mi garganta.  Es el pueblo quien delimita el exilio y es una vez más el pueblo quien firma a los poetas.  Y todo esto es aún más verdadero en el caso de Alberto Kurapel.
A través de la tensión, además de los rumores, su canto habla de –constancia-  del la negativa a olvidar, a ceder, a perdonar lo que ha sucedido.
Este canto herido y valiente se despliega a través de un mundo que trata de olvidar y que busca adaptarse a un sistema de vida que los gobiernos capitalistas han desarrollado justamente para destruir, para deformar o para hacer desaparecer todas estas manifestaciones que pueden oponerse a sus objetivos.
Alberto Kurapel establece una distancia que permite estrellarse a la  vida.  Vivir el pasado con sus rupturas, sus separaciones, su experiencia fragmentada y vivir el presente apropiándose de él. Con  un texto incisivo  esculpe la cicatriz de su pueblo y lo identifica al comportamiento  de la resistencia: desde los siglos sin nombre, mi canto de piedra es hacha..

“Sin saber
o sabiendo
que un rayo agusanado
nos descoyuntaría
en un millón de tierras,
en un millón de huecos,
en un millón de venas,
para golpear de punta
como migas de pan
todo el pavimento”.
(Canción: “Intervalo”.)

El exilio es la ruptura del lenguaje del ser que se disemina y que trata de reencontrarse en la conjunción de otro lenguaje, de otras connotaciones que están en un ser diferente: “y al abrigo de ese código enigmático, en ti entrego aquella dicha que nos hace morir por la única ambición de Vivir…” (Canción: “Toi”)

Alberto Kurapel muestra el exilio. Lo canta. Lo vive.
Esta situación se filtra a muchos planos y realidades donde el individuo y las fuerzas opuestas comienzan a luchar y  llegan otros mundos que se mezclan a esta lucha interior,  donde la identidad se transforma, en ocasiones,  solo en un recuerdo  o en un saludo que se pierde en alguna calle desconocida…

Identidad que depende de aquellos que la rodean. A través de los muros de anchas ciudades, vamos siendo el momento de algún paisaje,  nos dice el autor en “Sin Paradero”. Identidad donde se superponen las realidades y se mezclan para provocar la separación de sí mismo, puesto que ser significa: reflejarse en los otros.

“Y yo estoy aquí, en Santa Catherine Street
esquina Plaza Almagro”.
(Canción: “Diagramas”)  

Esta cosmovisión que se inicia en el exilio, a través de nuevas connotaciones con el riesgo de perder los significados que no están en los desarrollos de un lenguaje diferente que traspasa y que cada día se expande más (como una consigna tácita que  de tanto  querer  destruirla, nos arriesgamos a que nos destruya).
En su último disco “Contra- Exilio”, Kurapel logra captar la esencia de esta etapa en la cual se viven   simultáneamente muchas realidades y en las que se busca unir el pasado y el futuro. Vida que cambia y que va determinando al ser dentro de un universo que está lejano, que está destruido pero desde donde traspasan el deseo y la sensación que los confrontan  a un dualismo que tratará de romper para tomar un camino único, que bien sabemos, no existe. Es ahí que Kurapel  da al exilio la dimensión  enorme y vasta  que va más allá del simple hecho al que se nos invita observar por regla general.  El hombre destruye frente a las realidades, para sostener una idea o para alzarse contra la sociedad instituida. La obra de Kurapel no cesa de preguntar: ¿Quién no es exiliado?
Al contemplar al hombre, el hombre del siglo XX,  somos obligados a constatar que, muy a menudo,  el ser humano que trata de cambiar las estructuras sociales, se encuentra frente a la muerte o al exilio. Y la identidad se transforma en un problema generalizado de este siglo.
Hay una certeza en este canto y es que a través de la vida y los cambios sociales, no hay lugar para la imitación de actitudes (ni copias ni modelos), cuando se abordan las múltiples condiciones que aspiran la realización de un objetivo.

“Y si algo se insinúa en este descubrir
millares de Alamedas, sabemos que nada,
nada puede repetirse”.
(Canción: “Páramo”)

Creando, hasta que las imágenes se vuelvan nuevas, gracias a la emisión de nuevas palabras o que las palabras sean creadas porque están impulsadas por nuevas imágenes. Anulación del la lengua. Creación del lenguaje porque la necesidad del hombre pasa por el lenguaje y que en este ir y venir  se encuentran los significados que reivindican la abolición de estructuras que someten al hombre a la miseria, al hambre, a la tortura.
“Somos al menos la Víspera de un Próximo Pensamiento”
(Canción: “Edades”)

¡Qué manera de ser y de expresar realidades! quién podría negar que en medio del estado límite, el hombre solo piensa en sí mismo, y que en este estado no se encuentran ni conceptos morales ni hipocresía. El enfrentamiento de sí mismo consigo mismo: he aquí la exactitud de su canto.
Nos hemos percatarse que en “Tu Senda” , con un acompañamiento de tonada, Kurapel  habría roto abruptamente la línea melódica de su canto para decir y testimoniar el dolor que motivaba en si actitud esta situación, al enfrentar el pasado .Pasado que lo llenaba de orgullo y también de dolor, porque ese pasado grita el presente y su derrota. El poeta parecería decir: estoy vencido y yo, yo muestro mi derrota. Pero hay que tener cuidado: el hecho de mostrar su derrota, en Kurapel significa una disposición y una fuerza para seguir, para continuar. Y Kurapel  nos lanza un grito de desafío. Él se mantiene en el centro del dolor para desafiarlo y enfrentarlo.  
Cuando el poeta nos habla de un Trinar de esperanzas su voz se quiebra y alcanza la herida de esta esperanza  que no muere entre las balas.
Alcanzar  la expresión sensible implica darse siempre por completo y en este don la cólera se transforma en angustia, la angustia en esperanza y la esperanza en lucha, en grito, en canto. Desnudez que solamente será implícita en el acto de amor. En “Umbral” , el estribillo corresponde a una danza de pareja, que se ejecuta de manera independiente, con un pañuelo, danza chilena que se llama “El Pequén”. Kurapel  toma estos elementos folklóricos y patrióticos y los proyecta en un grito que interroga a la patria que nombramos. Estas frases extraídas del folklore, preguntan : “¿dónde, dónde andará? Viva la Patria y la libertad, adónde , adónde donde andará?” El canto se despliega en un ritmo de 2/4 y con estilo de Habanera y contrasta con el estribillo que se concentra en el enigma del país . Es la única canción en la que Kurapel emplea la palabra patria y, en este caso, lo utiliza en el mismo contexto que el de libertad.  Su pregunta cae al interior de lo absurdo  ya que son las bombas de neutrones quienes indican el camino al ser humano. Es en la interpretación y en la pregunta donde el estribillo se diferencia fundamentalmente del folklore, gracias al grito desesperado y doloroso, una pregunta colmada de cólera, puesto que la patria y la libertad son conceptos móviles, que cambian y que no tienen formas concretas. Y Kurapel pide al mundo, a aquellos y  aquellas que lo escuchan, que busquen un camino que los llevará a ver concretamente estos conceptos. “¿Dónde, dónde, donde estará?”  

Ser y caminar. Dos verbos. Uno implica la inmovilidad el otro el movimiento. Los conceptos de patria y libertad caminan y en su caminar se transforman, se dispersan y son utilizados. ¿Dónde están estos conceptos hoy, pregunta Kurapel?
En Aniversario, canta la transferencia de la identidad hacia los objetos de nos rodean o más bien hacia un objeto. Este intercambio ontológico se realiza en un ambiente en el que aparecen los problemas de incomunicación que nos muestra Kurapel. La relación que establecemos con los objetos que nos rodean nos permite movernos en lugares donde cambia o se intercambia el silencio. El hombre, a medida que su conocimiento aumenta, se crea nuevos objetos, nuevos instrumentos, que logran penetraren su consciencia afectiva y que se transforman en parte integral del monologo interno del hombre solitario. Si no tuviésemos esos objetos, parecería que los inventaríamos para proyectarlos en nuestra realidad.  Siempre hay algún aniversario en nuestra vida, siempre existe algún fecha, un minuto, un momento que queda impreso en nuestra memoria. Momentos, hechos u objetos que se mueven y que condicionan nuestras relaciones.
La trasposición de la fatiga hacia un vaso nos asocia inmediatamente a los elementos que van a dar forma  y que darán el lugar donde se desarrollará el sentido del canto. Este lugar a pesar de su especificidad, será un lugar móvil aunque estemos sentados frente a una mesa.  Lo que invade es el cansancio proyectado al vaso que está frente al hombre. El vaso capta la condición en la que se encuentra el ser y el hombre,  y así comienza a infiltrarse en el objeto. El vaso permanece inerte mientras que el otro replica: “quiero triturar los bordoneos de un dolor ya milenario”. Dos posiciones antagonistas reunidas en un mismo ser. “Un cansancio tan cansado se apodera de mi vaso” y uno de ellos es el objeto que se humaniza,  mientras que el otro no reacciona.  Permanece allí,  “tintineando en el naufragio”. El objeto recibe las características de un pensamiento para interiorizarlas como un sentimiento. Acercamiento y alejamiento del  objeto. Antropomorfización que busca dar vida a todo aquello que se toca.
En “Panorama”, la nieve está presentada  como un elemento extraño que encierra el misterio de todo lo que es desconocido. Quizás sea la raíz de lo ignorado que nos habita, nuestra incapacidad de establecer una relación en donde el hombre no se disperse: “La nieve guarda encada brillo oculto un vacio que me mira”.  
Deseo del poeta de establecer una relación. El impedimento nace desde  el proceso mismo que permite que esta comunicación se establezca., puesto que el mundo donde está es desconocido, impalpable, inalcanzable. Montreal, ciudad desconocida que empieza a descomponerse en la consciencia para transformarse en un hecho , que en cada paso,  tomará formas diferentes.
Monte –real, monte palpable y aprehensible que circula en las voces que hablan a penas de esta nueva inclemente, nueva y desconocida naturaleza. Monte – irreal, nuevo lugar en donde el exiliado debe rehacerse o continuar reuniendo, o reabrigando su vida en Quebec. 
En el canto de Kurapel, encontramos los gérmenes de todo aquello que es nuevo, porque es un canto social que muestra desde su centro, que es  situándose frente a  las contradicciones, en los gritos, que se busca la liberación en medio de la angustia, el dolor y el desgarramiento de uno mismo.
Cuando en “Ay de ti”, el poeta se alza  contra la muerte y nos recuerda que “el dolor de un canto no se olvida más”, estamos en presencia de un acto. Acción en donde el canto y el dolor se colocan en una realidad audible, a partir de una situación cotidiana, en el Chile después del golpe de estado.
Sabemos de qué manera la Junta Militar reprime a la cultura y la expresión artística del pueblo chileno, y podemos verificar a cada instante cómo no deja escapar ningún medio para reprimir cualquier forma de expresión artística.

“La destrucción de la casa del poeta chileno Pablo Neruda, en los alrededores de Santiago, sería también obra de comandos civiles, según los últimos testimonios recogidos de los vecinos. Una mujer declara haber visto dicha operación y afirma haber visto entrar en la casa de Neruda, a un grupo de civiles armados con palos, donde destruyeron sistemáticamente todo, prendiendo fuego a los libros y rompiendo una cañería para inundar la casa” (Le Figaro, 27 sept. 1973)   

Kurapel acentúa en el punto de unión entre el canto y el dolor y esta asociación, la vemos claramente expandida en las realidades sociales que viven muchos países en América Latina. “Por la razón o la fuerza”, es el lema de Chile. Abrogación de la constitución, supresión de los derechos y libertades, torturas institucionalizadas, encarcelamientos, asesinatos, secuestros, disolución de los partidos políticos, 20 a 40.000 personas asesinadas lego del golpe de estado, 50.000 a 100.000 prisioneros, miles de personas torturadas y un millón de chilenos en exilio. Si recordamos estas cifras, es únicamente para mostrar la institucionalización de la represión, puesto que entre una persona torturada o mil, la tortura es la misma en la guitarra de Kurapel puesto que su garganta está “llena del hambre de mes hermanos y el ruido de las cadenas”, la guitarra debe tornarse  violencia, cólera, dolor y Canto. 

Nos acerca poco a poco y nos hace sentir en su poesía, en su canto, la inmensa desnudez del dolor y de la violencia. Violencia que no encontramos solamente en un pueblo que tiene sangre indígena, sino también violencia del grito, en el silencio y la soledad. Sería necesario, morder el canto junto a él. Evidentemente, el canto debe ser cantado…pero al morderlo así, le impedimos salir, puesto que es un canto que no podríamos cantar. El “verdugo” quiere  mostrar alegría y  felicidad, no este espantoso sufrimiento que en este momento habita a todo un pueblo.

Canto-dolor- Canto, canto herido, canto reprimido y censurado. Canto cuya fuerza está doblegada por la tortura.  Víctor Jara, folklorista y compositor de la Nueva Canción Chilena quien en 1968, dirigió a Alberto Kurapel en la obra “Viet-Rock” de Megan Terry, con quien había cantado a menudo en la Peña de los Parra  y participado en giras al Sur del país, fue asesinado por las fuerzas de la represión chilena.
A  partir de ese  momento, Kurapel canta y grita las masacres, sin concesión… y con todo el peso de una inmensa soledad. Se necesita  coraje para decir la vedad sobre sí mismo, cuando se está vencido. 
Hay que tener el coraje  para decir que los buenos han sido vencidos, no solamente porque eran bueno, sino porque eran débiles.  Si duda, hay que escribir la verdad, pero la verdad que lucha contra la mentira y no hay que generalizar de manera vasta y sublime en múltiples sentidos; esta generalización en vastos y múltiples aspectos es precisamente lo propio de la mentira misma. (Brecht).

En la primera parte de “Diagramas”, el piano sirve de bases a imágenes que permiten adivinar una actitud, una lógica onírica, que nos coloca en un mundo done el lenguaje y la comunicación han perdido momentáneamente su sentido, puesto que hemos perdido todo…La Paz y la Guerra…bajo la mirada de Superman, personaje simbólico  que evoca la visión del sistema establecido que domina el mundo. La repentina irrupción de la guitarra, nos obliga a resituarnos  entre estas dos realidades que están siempre presente: América Latina y el mundo capitalista.
Kurapel nos describe el anémico estado de la felicidad y la tristeza que aparece frente a la visión de un lugar desconocido.
Toda esta gente que “no me ven, porque hoy día es día de trabajo”.
Al igual como lo hace en la canción:  Stop, se oscurece, 20º bajo O” , donde nos sumerge  en un universo de circo: personajes que repiten como pobres instrumentos  y evocan una idea que a fuerza de repetirla la vacían de sentido. Incluso las frases más humanas tomarán esta tonalidad en la boca de este personaje, con lo que podríamos concluir:
            Quiero sentir de nuevo la tierra bajo mis pies.”

(Traducción: Susana Cáceres)
FIN

Ensayo: “Alberto Kurapel. Canto y poesía de Exilio”.
Autora: Huguette LeBlanc
Éditions Coopératives de la Mêlée. (108 páginas)
Quebec, Canadá. 1983.